Cabaret

Que el poema la retrate
sólo como la viste en el tiempo
que quiso darse a tus ojos y a tu alma.

Hecha de la dura memoria de la carne,
mostraba la astucia y el candor
de quien presentía
la huella que deja otro corazón.

Así la deseabas.

Querías someterte al desdén que promete
el oro de la juventud.

Estabas dispuesto
a sufrir el rigor de sus ojos de hembra
del mejor cabaret: la vida.

Para Patricia Cáceres

Harold Alvarado Tenorio