Días de Junio

Una brisa intermitente
alivia los húmedos días de Junio.

El vecindario entra y sale de los cafés
y los turistas abren la boca
ante las maravillas.

Nosotros, los habitantes de este mundo,
recorremos las calles
esperando encontrar,
quizás,
un hombre o una mujer con quienes hablar
de cosa distinta al dinero
o engrosamos las filas
de unos aficionados a las danzas folklóricas.

Mientras bailamos, tomados de las manos,
olvidamos el color de nuestra piel,
las lejanas costumbres,
nuestro redondo cuerpo y la lengua imperial.

Caemos en un paraíso que trae, hombro a hombro,
una bella marroquí, un negro de Guadalupe.

Un pequeño danés o una vieja y bella alcohólica.

Después
Tomamos el metro de regreso.

Abrimos la puerta
y aspiramos un sueño
donde escuela, patria, hermanos y amigos
sueñan con una brisa intermitente
en Junio, en cualquier parte.

Harold Alvarado Tenorio