En honor de ti misma
Digamos que esta noche has sido feliz.
Porque esta única noche,
      vuelves a ti como en los tiempos donde vestías
      las mejores ropas de tu memoria,
      la mísera,
      la de tantos inviernos vueltos para siempre
      en un país que no era el tuyo,
      todo revuelto con recuerdos de cuerpos que no conociste,
      ni supiste a qué sabían
      después de las tres de la madrugada.
Que la poesía traiga, a esa otra que ahora escribe,
      los mejores regalos que nunca tuvo.
Esta noche has deshecho los caminos errantes
      que gastaste en pos de una música de papel y palabras.
Esta noche,
      has encontrado la imagen del deterioro,
      bajo el abrazo a un viejo volumen
      en una lengua que a nadie importa.
Esta noche,
      volverás a ver unos labios sedientos
      y otros labios secos
      y otro cuerpo  que vendrá para ti entre los rumores
      de un mar que no era
      ni hediondo ni triste
      sino solo el mar de tus catorce años.
¿Importa, acaso, que mientras todo recuerda
      y vuelve tú no estés ya?
Hoy es de pronto el amanecer de un día
      cualquiera de tu vida
      y las canciones de una mujer española 
      repiten que todo es rutina e indiferencia 
      mientras cantas en honor de ti misma.
Vano homenaje a tantas cosas
      y casos del tiempo que viviste.
Memoria de tus hechos,
      este poema,
      dará testimonio de esta noche inolvidable,
      donde fuiste feliz,
      otra vez,
      tú,
      que cosa distinta no conociste del pasado 
    
Para Luisa Fernanda Giraldo