Génova
Al lado del puerto,
      hay varias calles
      que albergan hombres
      oficiantes de hembras.
Cuando llegues,
      procura
      no decepcionar.
Goza, como nunca antes,
      esas miserias que deparan
      la mala vida, el abuso y
    los excesos de alcohol.
La carne
      que respira humores de vino
      no sabe distinguir
      entre uno y otro sexo.