Lector
Lector de libros inútiles
      mira tu vientre adiposo
      y tus manos corroídas por la artritis.
¿De qué sirvieron
      las horas gastadas en pos
      de una belleza de papel y palabras?
Más hubiese valido
      saborear, ahora que ella te ronda,
      las fragancias que ofrecía de joven.
La vieja desdentada no dará más de sí
      como tú mismo, hoy que lamentas
      los días y los meses de comercio
      con libros y metáforas.