Pericles Anastasiades, circa 1895
Vagos, son ya, los rostros de su rostro
      vaga, también, la forma de sus manos
      lejos, está, su aliento de mi boca
      su pequeña estatura
      sus quince años.
    
Sólo un ayer ocupa mi memoria
      nuestro pequeño amor
      nuestro pequeño mes
      hace diez lunas.
    
De repente
      en la alta noche
      sus ojos, de púrpura vestidos,
      sus labios
      labios de un amor apresurado
      sus largos brazos
      brazos de inolvidable carnadura
      aparecen.
    
¿Cuanto he perdido buen Dios
      Cuanto he perdido!
    
Para Raúl Lecuona Rodríguez