La amistad

La amistad, entendieron otros,
era una prolongada conversación
sobre el consumo del tiempo
haciendo los días perdurables.

La amistad era goce de las palabras
y un memorioso ajedrez
terminando partidas en placer,
por jugar con los gestos y la voluntad.

La amistad, vieja moneda errabunda,
es ofrecida ahora por ancianos,
enfermos, animales, borrachos y locos.

Nada saben, los hombres, de ella:
la fugitiva de los siglos.

Harold Alvarado Tenorio