C.K. medita sobre la moral del campesinado
Moreno y fortísimo,
      es una de las mejores
      mulas de los trapiches de Efeso.
    
Pero tiene el rostro manchado,
      su boca no ha conocido dentadura,
      tiene pequeño el pene
    y está virgen.
No obstante está enamorado
      y es cierto,
      de dos de las mas bellas jóvenes de Corinto
      así, ellas, también, le rechacen y huyan.
Sediento de placer
      -teme mas dar que recibir-
      cada fin de semana
      sueña con entregarse a alguien
      -humano o bestia-
      pero cuando está a punto 
      de dar el gran si
      recuerda
      que su madre
      le espera despierta,
      no importa la hora,
      para que vuelva a casa.
Su madre y sus abuelos
      harán que llegue
      intacto,
      por delante y por detrás,
      hasta las mismas puertas.
      Del paraíso.
Permitid 
      esquivos Dioses,
      que este horrendo muchacho
      sepa, al menos por una vez sola,
      para que fue destinada su carne
      en este mundo.
      Dad a “Marrano” una oportunidad
      sobre la tierra.